El ska es un género musical originado a finales de los 50 y popularizado durante la primera mitad de los 60 que deriva principalmente de la fusión de la música negra estadounidense de la época con ritmos populares propiamente jamaicanos, siendo el precursor directo del rocksteady y más tarde del reggae.1 Al ser un género particularmente apto para fusiones ha sido incorporado, a través de distintas variantes, a los más diversos lenguajes musicales. Desde un principio, las versiones ska de populares composiciones para cine y televisión (“The James Bond Theme”, “Exodus”, “A Shot in the Dark”, “The Untouchables”, etc.) perfiló su particular identidad, entre callejera, nostálgica y “misteriosa”, característica que conservaría a través de las épocas. Estuvo fuertemente asociado a los Rude Boy y a la independencia de Jamaica del Reino Unido, aunque se hizo popular en todo el mundo desde muy poco tiempo después de su nacimiento. Tiene como objetivo principal borrar la discriminación principalmente sobre la población negra.
En los 70 el ska, gracias a los inmigrantes jamaicanos rudeboys, viaja a Inglaterra donde se mezcla con el punk resultando un sonido más rápido y contundente pero manteniendo el estilo alegre y bailable. La ideología de estos nuevos rudies es menos violenta y se enfrentará a la ola de racismo propulsada por la creciente corriente de extrema derecha del país. Los rudies establecerán así una actitud inconformista y anti-sistema que era propia del punk.
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